Hay que ir a Málaga por muchas razones, para ver a los amigos, para escuchar poesía en Irreconciliables, para mirar el mar (sobre los que somos de interior), para subir a la Alcazaba, para dar una vuelta por el museo Picasso, para rebuscar en las librerías de segunda mano. Pero yo, hoy, he venido a ver los árboles de la Alameda Principal. Estos árboles son unos de los habitantes más longevos de la ciudad, fue hacia 1876 cuando se plantaron los ficus en la avenida (originalmente vestida de álamos blancos), de modo que la veintena de ejemplares que ha sobrevivido el paso del tiempo cumple ahora 140 años. Es una buena ocasión para detenerse, buscarlos detrás de las paradas de autobuses, junto a las vallas de las obras, entre los coches, observarlos, y, si es usted de los saben apreciar un buen abrazo, abrazar a un ser vivo que rebasa la altura de los edificios y va camino del siglo y medio.
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Ana RamosCórdoba (1979). Escritora. Me gusta el campo y me gusta el Universo. Categories
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